La fascinación absoluta que siente Dalí por el mundo de la imagen, así como su pasión por los efectos audiovisuales, lo convierten en uno de los primeros videoartistas de la historia. A través del cine, tiene la oportunidad de exhibir su faceta más performativa, transformando una y otra vez el personaje que había empezado a construir en su infancia. Su creación en el cine se despliega en múltiples facetas: la de director, la de guionista, la de escenógrafo e incluso la de actor. En algunos de estos proyectos, Dalí colabora con grandes nombres del séptimo arte, como los hermanos Marx, Luis Buñuel, Walt Disney y Alfred Hitchcock, entre los más destacados. Por otra parte, también teoriza sobre el cine y escribe sobre esta disciplina en varios de sus principales escritos a partir de finales de los años veinte.