Noticias. Nueva exposición temporal en el Castillo de Púbol

Púbol, 16 de junio de 2022

Púbol de Gala. Ilusión y realidad es la nueva exposición temporal de Púbol. Muestra los trabajos de interiorismo y paisajismo que Dalí diseñó para el refugio de Gala. Puede verse desde el 16 de junio de 2022 hasta el 6 de enero de 2023.

Este año, el punto de partida es Gala. Gala, y Púbol en tanto que imagen de Gala. La dama del Castillo a quien Dalí lleva con los ojos tapados a Púbol, donde le ofrece el castillo como regalo y ella acepta con la única condición que sólo puede visitarla por invitación escrita. Esta exposición nace del Retrato de Gala, un retrato enigmático sobre cobre, material que le otorga una luminosidad distinta a la de la tela. Se suman 9 proyectos o esbozos de Dalí para decorar el Castillo, un vestido y un collar que son los mismos que Gala llevaba cuando fue retratada en la pintura, un ejemplar de la revista VOGUE , una fotografía de Marc Lacroix, una fotografía con incisiones que es material preparatorio para el Retrato de Gala y un extracto del documental El refugio de la mujer visible (1982-1989), producido por la Fundación Dalí y dirigido por David Pujol.

Esta pintura, de en torno a 1976, se presenta por primera vez en la Galerie André François Petit de París en 1977 y el año siguiente, en el museo Guggenheim de Nueva York. Vemos a Gala con un vestido estampado rojo, con reminiscencias rusas. Gala lleva un vestido de Elizabeth Arden y un collar de bisutería con imitación de turquesas. Lo luce en ocasiones que considera especiales, como el día de la inauguración del Teatro-Museo Dalí de Figueres, el 28 de septiembre de 1974. No es, sin embargo, la Gala soñada, ni idealizada, es una Gala real, casi hiperreal.

El retrato se empapa de la técnica del trampantojo, un juego óptico presente en la obra de Dalí y también en Púbol. Gala está representada en un lienzo que no es real, sino pintado, y que tiene como soporte un cobre que confiere una transparencia especial al retrato, a las texturas y los colores cálidos y brillantes del vestido. Como ocurre a menudo en Púbol, Dalí utiliza el trampantojo en el fondo con una pared cuya pintura desconchada seguramente alude al castillo.

En el periódico The American Weekly de 9 de enero de 1938, Dalí representa un castillo que podría ser una premonición de la promesa de regalo que le hizo a Gala: un castillo para los amantes, y para la dama, que busca de manera obsesiva la solitud y también la libertad. En un número anterior de este diario se reproducen estas palabras: «[Dalí] Declara que su obra se parece a la de los locos y los médiums. La diferencia entre un loco y un superrealista es que el loco confunde dos mundos: la ilusión y la realidad, mientras que el superrealista conoce la diferencia.». Esta diferencia entre ilusión y realidad, tan daliniana, tan surrealista, es la que ha dado pie a los dos ámbitos de la muestra, además de la inclusión de unos minutos del documental El refugio de la mujer visible (1982-1989), dirigido por David Pujol y producido por la Fundación Dalí, en que se profundiza en Púbol y en Gala y Dalí.

Secciones de la exposición

La primera parte de la muestra se define como «la ilusión». Se exponen dibujos relacionados con el Castillo que proyectan a Gala y a Dalí. En algunos de los esbozos, no expuestos nunca hasta ahora, aparece una Gala idealizada en la glorieta, en el jardín o con un ciprés y el símbolo heráldico y real de la flor de lis. Contempla las rosas que le evocan su infancia en Crimea. Gala envuelta de trampantojos que tan bien definen Púbol y esta dicotomía ilusión/realidad que envuelve siempre al binomio Gala/Dalí.

Descubrimos, así mismo, a una Gala que nos remite a la dama de un fresco del Palazzo Borromeo de Milán, conocido como Il gioco della palla (El juego de la pelota) fechado probablemente entre 1445 y 1450. Nos recuerda la influencia de los palazzi italianos y de los châteaux franceses a la hora de proyectar Púbol.

En el segundo ámbito, se presenta «la realidad» con el retrato de Gala sobre cobre, acompañado del vestido y el collar, y la foto con incisiones que sirvió de modelo para la pintura y que nos muestra el proceso de creación de Dalí. Un retrato de una Gala real, encuadrada en una tela que es una ilusión óptica con un fondo de trampantojo que podría ser Púbol, que observa el inexorable paso del tiempo.

El Castillo de Púbol es el espacio más escenográfico de los Dalí. El lugar donde la participación de Gala es más palpable, tanto en su concepción como en su proyección. En una carta a Emilio Puignau, constructor y amigo de los Dalí, el 17 de febrero de 1970, Gala escribe: «como se habrá dado cuenta, Púbol es mi "caballo de batalla"; el nuestro, mejor dicho. Estoy fascinada por las posibilidades que esta casa en ruinas puede dar, de la que incluso puede salir un monstruo. Hasta ahora, trabajando juntos, siempre hemos triunfado, en Portlligat. Esta pequeña casa se ha hecho famosa, aparece reproducida en todas partes, aún hoy. Por tanto, tenemos una gran responsabilidad de un nuevo y grandioso éxito, usted y yo.»

Las formas de Gala

En un juego de máscaras al infinito, Gala es muchas Galas. Es musa y creadora, esposa abnegada y femme fatale, dandi y gestora. Es la mujer que inspira los versos más cautivadores y oscuros de Paul Éluard y la Belle jardinière de las pinturas murales de Max Ernst en Eaubonne. Es la mirada que atraviesa las fotografías de Man Ray, la inteligencia que deslumbra a Giorgio de Chirico y la manzana de la discordia en el grupo de los surrealistas. Y es, por encima de todo, la influencia decisiva que impulsa a Salvador Dalí a convertirse en el artista consagrado que está predestinado a ser.

Gala se entrega a los seres que ama y que le aman. Y en este darse, lleva a cabo su cometido más personal e intransferible: la creación de su propio mito. Se entiende aquí el verbo «amar» en el más amplio de los sentidos, no sólo en su vertiente romántica. Algunos la veneran con el cuerpo, otros con el alma, unos con la pluma y otros con el pincel o el objetivo de una cámara. Pero sólo uno, Salvador Dalí, amará a Gala en todas las formas posibles y será capaz de inventar otras nuevas. Lo importante es que la fascinación, la curiosidad, el apasionamiento, sean bidireccionales y que todas las partes alcancen la excelencia en su empresa.

Son muchas las creaciones dalinianas donde Gala figura de forma más o menos evidente: a veces es el destello que da origen a una obra; en otras es el motivo principal y muy a menudo es la destinataria. Y en ocasiones, como sucede en Púbol, Gala no sólo está presente de todas estas formas sino que participa en su concepción. Como si se tratara del escenario de su última representación, Gala habita casi todos los espacios. Real e imaginada, aparece en forma de golondrina, molusco, siempreviva, trébol, flor de lis, corona de leche, ángel protector, estandarte, anfitriona y dama

Las formas de Gala

En un juego de máscaras al infinito, Gala es muchas Galas. Es musa y creadora, esposa abnegada y femme fatale, dandi y gestora. Es la mujer que inspira los versos más cautivadores y oscuros de Paul Éluard y la Belle jardinière de las pinturas murales de Max Ernst en Eaubonne. Es la mirada que atraviesa las fotografías de Man Ray, la inteligencia que deslumbra a Giorgio de Chirico y la manzana de la discordia en el grupo de los surrealistas. Y es, por encima de todo, la influencia decisiva que impulsa a Salvador Dalí a convertirse en el artista consagrado que está predestinado a ser.

Gala se entrega a los seres que ama y que le aman. Y en este darse, lleva a cabo su cometido más personal e intransferible: la creación de su propio mito. Se entiende aquí el verbo «amar» en el más amplio de los sentidos, no sólo en su vertiente romántica. Algunos la veneran con el cuerpo, otros con el alma, unos con la pluma y otros con el pincel o el objetivo de una cámara. Pero sólo uno, Salvador Dalí, amará a Gala en todas las formas posibles y será capaz de inventar otras nuevas. Lo importante es que la fascinación, la curiosidad, el apasionamiento, sean bidireccionales y que todas las partes alcancen la excelencia en su empresa.

Son muchas las creaciones dalinianas donde Gala figura de forma más o menos evidente: a veces es el destello que da origen a una obra; en otras es el motivo principal y muy a menudo es la destinataria. Y en ocasiones, como sucede en Púbol, Gala no sólo está presente de todas estas formas sino que participa en su concepción. Como si se tratara del escenario de su última representación, Gala habita casi todos los espacios. Real e imaginada, aparece en forma de golondrina, molusco, siempreviva, trébol, flor de lis, corona de leche, ángel protector, estandarte, anfitriona y dama.

Publicación de la exposición

Los textos del dossier son de Montse Aguer, directora de los Museos Dalí, de Jordi Artigas, coordinador de las Casas-museo de Púbol y Portlligat, de Bea Crespo y de Lucia Moni, ambas miembros del Centro de Estudios Dalinianos. Se publica en línea y en 4 idiomas (catalán, castellano, inglés y francés) y podrá descargarse de forma gratuita a través de este enlace web.

Montaje

El montaje de la exposición es responsabilidad de Pep Canaleta de 3carme33 y el grafismo, de Alex Gifreu.

Información práctica

Para conocer horarios y tarifas, consultad este apartado web.

Podéis visitar la sección web dedicada monográficamente a la exposición temporal.