Explosión de fe mística en el centro de una catedral

Obra destacada
Explosión de fe mística en el centro de una catedral
© Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres, 2018

Sobre la obra

Explosión de fe mística en el centro de una catedral
Obra destacada
Título
Explosión de fe mística en el centro de una catedral
Autor
Salvador Dalí
Núm Cat.
752
Fecha
1959-1974
Técnica
Óleo sobre tela
Dimensiones
225 x 163 cm
Ver la ficha técnica

Centro de Estudios Dalinianos y Departamento de Conservación y Restauración

Situada bajo la cúpula, Sin título. La basílica de San Pedro. Explosión de fe mística en el centro de una catedral es una de las obras más escondidas y desconocidas del Teatro-Museo Dalí. Dalí la presenta, hacia 1974, cuando el museo abre por primera vez sus puertas al público, pero la guardó en el taller de Portlligat durante prácticamente quince años.

Forma parte de la instalación del Cristo twisteado, creada por Dalí y colocada de modo que no pueda observarse directamente sino solamente a través de un espejo. En la tela, de grandes dimensiones, se aprecia la imagen de la basílica de San Pedro del Vaticano, donde se levanta la figura nebulosa de una virgen, que coincide con la figura central de La ascensión de santa Cecilia. Esta obra es un ejemplo más de cómo Dalí reinterpreta el mismo tema en sus obras a lo largo del tiempo, basándose en este caso Santa Catalina de Alejandría de Rafael. De hecho, se conserva el dibujo a lápiz del rostro de santa Catalina sobre una lámina plástica, realizado con la ayuda de una cuadrícula a partir de la misma imagen impresa en un libro de Rafael.

El margen inferior central de la tela, donde se observa una procesión, está inacabado. Probablemente el artista tomó esta comunión ceremoniosa, que incluye un retrato de Gala, de las revistas ilustradas que publicaban fotografías de misas celebradas en San Pedro del Vaticano.

Se trata de una composición harmoniosa y equilibrada, con una perspectiva aérea de gran profundidad subrayada por la luz de la nave central de la basílica, y con los colores básicos de la figura -rojo, azul, verde y amarillo- que remiten tanto los de la santa Cecilia de Dalí como los de la santa Catalina de Rafael. Por encima de todo destaca la explosión de luz central blanca y amarilla, el punto que capta la atención a través del espejo escondido detrás del altar, bajo la cúpula del Teatro-Museo.